Continuamos esta serie de posts comentando algunos aspectos sobre la implantación de las metodología de gestión de proyectos PMP en PYMEs. Muchas veces nuestras empresas nos encontramos con una fuerte resistencia al cambio frente a cambios de pequeña o mediana entidad. ¿Que podemos esperar implantando un sistema de gestión de proyectos como la metodología PMP del PMI?

La certificación PMP es una certificación muy demandada por muchos profesionales como formacion adicional, como método para acceder a nuevos objetivos, a nuevos sectores, por el propio reconocimiento de la certificación o porque es muy valorada en grandes empresas de gestión de proyectos…. Pero ¿Que hay de lo que la metodología puede aportarnos a nivel organizativo en nuestras PYMEs? ¿Es fácil implantarlo? ¿Merece la pena? ¿Supone una ventaja competitiva?

La metodología PMP es como un gran elefante. Se necesita cierto tiempo para tomarle la medida, para para entender su lenguaje, y bastante más para aprovechar su potencia,  sacarle partido, habituarse a su caminar, que fluya como algo natural… y finalmente conseguir que nos revierta, conseguir mejoras, que nos reporte beneficios…

Con mucha frecuencia, en las sesiones presenciales de los cursos de dirección de proyectos, o de preparación al examen o incluso en los master de PMP, especialmente en las sesiones de de introducción, percibimos  la dureza del primer contacto… las caras y comentarios son de bufff, ¿Donde me he metido? Pensaba que esto era otra cosa… Y eso que tenemos delante a personas “con ganas” de aprender, que lo han elegido, que les ha interesado como formación…. pero que ocurre si enfrentamos el método a personas para las que la metodología es desconocida?

Pongamonos en el escenario de una pequeña empresa… Muchos de sus integrantes no tendrán la formacion, el interés o la motivación….Si tratamos de introducirlo “a lo bestia” o “por razones” a buen seguro lo percibirán como una losa, un  incordio, una pérdida de tiempo, una amenaza,…

Como todos los sistemas, si se quiere implantar con éxito, necesitamos mano izquierda y mano derecha… mano izquierda, porque como primer paso debemos conseguir involucrar a los miembros de la organización, que perciban la utilidad, que vean su papel,  que nos lo compren, pero también, mano derecha, porque hace falta poder y que la implantación esté apoyada de arriba a abajo, porque habrá amenazas y muchos momentos en los que será necesario el apoyo del poder. En otro caso, el fracaso está prácticamente garantizado.

Siempre suelo decir que para hacerse a la metodología hay que empezar sin prisa, ir aproximandose poco a poco, sin presión. Hay que ir avanzando y dejar que el conocimiento vaya fluyendo, hay que entenderlo poco a poco. Es como un enorme puzzle, al principio el trabajo parece interminable y poner cada pieza lleva mucho mucho tiempo…. Según las piezas van encajando todo va siendo más fácil, según seguimos avanzando, cada vez es más fácil, vamos percibiendo el resultado, vemos el final, lo entendemos, nos motiva a seguir, ….

En el próximo post, continuaremos con algunas preguntas típicas y algunas reflexiones sobre ellas

-Esto solo vale para grandes empresas… no es para nosotros…

-No puedo aplicarlo, hace falta demasiados recursos -Bah, mi cliente no lo aprecia…

-Es demasiado complejo,…

-¿Que me puede aportar?

-Siempre hemos funcionado sin esto, y nos ha ido bien, para que complicarse?

Y tú que opinas, cual es tu experiencia al respecto?

40% descuento – Código 40DTO