En el post titulado «El enemigo está dentro… (Porqué cuesta tanto identificar riesgos en nuestros proyectos). Parte 1» hablamos del exceso de confianza, del optimismo y de la retrospectiva defectuosa como aspectos que nos llevan a infravalorar los riesgos de nuestros proyectos sino, directamente, a olvidarlos (o hacer como que no existen). Hoy hablaremos de otros tres que, de no tenerlos en cuenta, harán que nuestra gestión de proyectos no sea proactiva como debiera. 

Hablaremos de la búsqueda de patrones, la sobre-compensación y la miopía.

La búsqueda de patrones

Muchas personas somos reacias a creer que una secuencia de eventos es aleatoria e inexplicable. Preferimos ordenar el caos y buscar el confort de una explicación causa-efecto predecible (aunque no sea cierta). Decía Einstein que Dios no jugaba a los dados con el universo…

Nos gusta buscar patrones, incluso cuando no los hay.

busqueda patrones

 

Nos gusta crear teorías de la conspiración para explicar eventos inesperados. Si hay una conspiración implica que alguien lo organizó todo y podría haberse prevenido si las personas adecuadas hubieran hecho lo adecuado… Una serie de 5 años en las que un valor financiero va estupendamente… queremos que explique cómo irá en los próximos 5 años… pero no, no hay necesariamente ninguna relación.

 Miopía

La miopía es otro hábito que nos puede llevar a tomar decisiones equivocadas sobre riesgos en nuestros proyectos.

Por ejemplo, buscando en el pasado reciente claves para el comportamiento futuro, sin ver las grandes tendencias. Para comprarte una casa en las orillas de un precioso río, buscas los niveles de crecida de los últimos 5 años…  Nos ves ningún problema, incluso preguntas a un niño si ha visto alguna vez que haya ocurrido… pero él te asegura que nunca ha visto las aguas llegar a donde ansías construir tu nueva casa.

miopía

Otra forma de miopía es no imaginar qué puede pasar más allá del futuro más inmediato. Un adolescente deja de estudiar porque, a corto plazo, tiene una magnífica oportunidad de ponerse a trabajar y ganarse un sueldo… y no estudiar que le da más pereza… Algo más serio: ¿Cuántos bancos de pesca han sido esquilmados por ver sólo los beneficios a corto plazo?

Inercia

No hacer nada es una alternativa válida pero no debiera tener más peso del que merece cuando se vaya a comparar con otras decisiones posibles. Decidir no hacer nada es ya una decisión. Como decidir hacer algo.  Aunque no sentimos más seguros no haciendo nada que probando algo nuevo.

inercia

Y, como los ciervos cegados por los faros de un coche, tardamos en reaccionar, quizás, como el científico, esperando tener más información que nos permita tomar la mejor decisión… mientras el coche se acerca a nosotros.

Queremos tener más tiempo para generar más alternativas o, simplemente, esperamos que el problema se resuelva solo…

Probablemente porque pensamos que nos arrepentiremos más de una acción que llevamos a cabo que de no hacer nada… Los pecados por omisión son más leves que los pecados por acción…

En fin, cuando tengamos que analizar los riesgos de nuestros proyectos, tengamos en cuenta estas desviaciones de la razón que nos puede hacer daño y nos pueden llevar a no gestionar adecuadamente nuestros proyectos.

Saludos¡

Daniel

 

 

 

40% descuento – Código 40DTO