En primer lugar se debe elaborar la estrategia, las inversiones en gestión de proyectos estratégicos deben alinearse con la intención global, la identidad y el propósito de la compañía (ideación); con estos mimbres y con su visión, reflejada en las metas e indicadores puede evaluar su progreso hacia la ansiada visión; sin olvidarse que su naturaleza, su cultura, su ADN, su estructura organizativa.
Con todo esto, la organización debe ser capaz de generar su estrategia, las directrices con las que se deberán alinear el resto de actuaciones subsiguientes. La alineación es la base para una estrategia coherente que la organización pueda ejecutar. Si la estrategia de la compañía se alinea con todos los aspectos anteriormente indicados y con el entorno, los estrategas habrán decidido hacer, habrán elegido hacer las cosas adecuadas.
Pero queda hacer las cosas adecuadas, de forma adecuada: ejecución o síntesis (con la obtención de los nuevos productos) y la transición o transferencia (a las operaciones o al cliente) para obtener los resultados esperados (definidos en la estrategia).
La ejecución es el arte de ensamblar todo, gestionar los programas y proyectos estratégicos de la cartera de proyectos de forma efectiva. Por su parte, la transferencia es el paso final, esencial, la hora de la verdad, en el que se transfieren las habilidades, metodologías y tecnologías del reino de los proyectos a las operaciones en marcha o al mercado en el que espera el cliente. En esta fase se hacen realidad los beneficios y se integran en la organización y su actividad diaria.
El compromiso entre ambos mundos, el de la elaboración y el de la estrategia, es el que crea la traducción dinámica crítica entre estrategia y acción, integrando acciones con intenciones y viceversa. Alinea la cartera de programas y proyectos de innovación de forma dinámica con la estrategia de la organización conforme ésta evoluciona para estar a tono con las demandas del entorno siempre cambiante.
Cómo lo ves?
Daniel
Interesante que la transicion toma importancia en el orden de alinear los proyectos con la estrategia de la empresa.