Un poco de historia

Desde su fundación en Estados Unidos en 1969, el propósito de PMI fue (y sigue siendo) el de aglutinar y difundir las mejores prácticas en la Dirección de Proyectos. Prácticas que se han venido realimentando a través de las contribuciones, a lo largo de los años, de profesionales de la Dirección de Proyectos en todo el mundo. El número de estos profesionales de la Dirección de Proyectos asociados a PMI en todo el mundo se acercaba a los 482.000 a fecha de diciembre de 2016.

Fruto de estas mejores prácticas en la Dirección de Proyectos es el texto mundialmente conocido (y reconocido) “A Guide to the Project Management Body of Knowledge (PMBOK® Guide)”. Con millones millones de copias en circulación, el PMBOK® Guide se ha convertido en estándar de facto adoptado por multitud de organizaciones en todo el mundo; y en libro de consulta o de cabecera para los profesionales de la Dirección de Proyectos.

 Su gran acierto: un lenguaje único

A diferencia de otras metodologías, el gran acierto de PMI con su PMBOK® Guide ha sido precisamente el de crear un estándar lo suficientemente genérico como para que sus mejores prácticas sean aplicables a cualquier proyecto de cualquier sector; y a la vez lo suficientemente específico y concreto como para que esas mejores prácticas puedan ser adoptadas (y adaptadas) por cualquier organización.

Si pensamos en la definición de proyecto “esfuerzo temporal que se lleva a cabo para crear un producto, servicio o resultado único”, vemos que ésta puede ser aplicada a multitud de “proyectos”; desde la organización de un evento familiar, a la ampliación del Canal de Panamá; desde la elaboración de un libro, a la nueva línea de tren de alta velocidad entre Medina y La Meca.

En estos ejemplos cambian, obviamente, el alcance, los costes, los plazos, los riesgos…; pero podemos identificar en todos ellos lo que el PMBOK® Guide llama grupos de procesos comunes (fase de inicio, de planificación, de ejecución, de seguimiento y control, y de cierre); y también podemos identificar lo que el PMBOK® Guide denomina áreas de conocimiento (tales como la gestión del alcance del proyecto, del tiempo, de los costes, de la calidad, de los recursos humanos, de la comunicación, de los riesgos…).

 Aplicable a todos los sectores

Así, del mismo modo que la medicina, la ingeniería o la abogacía son profesiones que utilizan un lenguaje específico y propio (pero a la vez común a los médicos, a los ingenieros o a los abogados de todo el mundo); los estándares del PMI (del que sin duda el PMBOK® Guide es el más conocido) tratan de definir a su vez un lenguaje común para los directores de proyecto (o para los profesionales de la Dirección de Proyectos).

Cada vez somos más los PMPs en el mundo

Con el objeto de avalar el conocimiento de ese lenguaje común por parte de los directores de proyecto, PMI ha desarrollado un conjunto de certificaciones adaptadas a distintos niveles de experiencia en la Dirección de Proyectos. Y de todas estas certificaciones, la más reconocida y valorada por la industria es, sin duda, la certificación Project Management Professional (PMP®).

Baste señalar, por ejemplo, que en noviembre de 2016 la cifra de profesionales de la Dirección de Proyectos acreditados con la certificación PMP® en todo el mundo llegaba a 715.000, con incremento anual del 2,59% desde el 1 de enero, e interanual del 9,87%. Estas cifras avalan que la certificación PMP® se haya convertido por derecho propio en la más extendida y demandada por la industria al acreditar a sus poseedores que cuentan con la experiencia, conocimiento y competencia para dirigir y liderar proyectos con éxito.

 Una profesión cada vez más demandada¡

Sirvan pues estas cifras para poner de manifiesto el incremento notable en el desarrollo, conocimiento y reconocimiento de la profesión del Director de Proyectos. Prueba de ello son los cada vez más demandados perfiles de Director de Proyecto (con experiencia demostrable a través de certificaciones específicas como PMP®) en las ofertas de empleo.

 El respaldo llega en 2012: la ISO21500

En septiembre de 2012 veía la luz la nueva norma ISO21500 “Guidance on project management” que nació con el objetivo de que pueda ser utilizada por cualquier tipo de organización, bien sea pública o privada; y aplicada a cualquier tipo de proyecto, independientemente de su complejidad, tamaño o duración. La norma ISO21500 proporciona descripciones de alto nivel de los conceptos y procesos que se consideran que forman las buenas prácticas en la Dirección de Proyectos.

Con la publicación de esta primera norma ISO en Dirección de Proyectos se pretende, además, favorecer la transferencia de conocimiento entre proyectos y organizaciones, facilitar la eficiencia de los procesos de licitación mediante el uso de una terminología consistente, flexibilizar el intercambio de profesionales de la Dirección de Proyectos a través de su participación en proyectos internacionales, y proporcionar principios y procesos universales relacionados con la Dirección de Proyectos. Es decir, la norma ISO21500 trata de normalizar y oficializar de alguna manera lo que es el objetivo principal de PMI.

Llega la 6ª Ed de la Guía del PMBOK

Por otro lado, en septiembre 2017 ha visto la luz la nueva versión de “A Guide to the Project Management Body of Knowledge (PMBOK® Guide)”, la 6ª Edición que, entre otros aspectos, incluye reflexiones más profundas sobre el rol del Project manager y una búsqueda de integración con olas metodologías ágiles. Con esta actualización del PMBOK® Guide se consigue también un alineamiento prácticamente total con la norma ISO21500.

Creo que todos los técnicos, ingenieros, licenciados que aspiran a crecer en sus organizaciones deben tener capacidades para gestionar proyectos, para hacer que las cosas sucedan, para ayudar así a la ejecución de la estrategia global de la organización. Y creo que todos los Project managers deben formarse en estas guías, fundamentales y mundialmente reconocidas.

Aprovechemos el viento a favor¡

 

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